Descripción
El cuenco cantador sirve como un poderoso instrumento en la práctica del budismo tibetano, apreciado por su singular capacidad para potenciar la meditación y promover la sanación. Cada cuenco es meticulosamente hecho a mano en Nepal por hábiles artesanos, asegurando que cada pieza encarne el espíritu de la artesanía tradicional.
Cuando se golpea o se frota suavemente, el cuenco produce un sonido armonioso que fomenta una profunda sensación de tranquilidad, guiando a los practicantes en su camino espiritual. Las vibraciones resonantes se alinean con los centros de energía del cuerpo, promoviendo el equilibrio y la relajación. Elaborado a partir de una mezcla de siete metales de bronce, este cuenco en particular refleja el rico tapiz de la cultura tibetana, entrelazando bellamente la artesanía con el significado espiritual. Sus dimensiones y peso lo convierten en un compañero ideal tanto para la práctica personal como para sesiones grupales.
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