Medicina tibetana – Elementos, Energías y Diagnóstico
La medicina tibetana es una ciencia, un arte y una filosofía que proporciona un enfoque holístico para el cuidado de la salud. Es una ciencia porque sus principios están enumerados en un marco sistemático y lógico basado en la comprensión del cuerpo y su relación con el entorno.
Es un arte porque utiliza técnicas de diagnóstico basadas en la creatividad, la perspicacia, la sutileza y la compasión del practicante médico. Y es una filosofía porque abraza los principios budistas clave del altruismo, el karma y la ética.
La filosofía budista establece que todo en el universo está en un estado constante de cambio; que todos los fenómenos se caracterizan por la impermanencia, y que la única característica permanente es la propia impermanencia.
Como dijo Buda,
“No importa si surgen seres perfectos o no, sigue siendo un hecho, y una dura necesidad de la existencia, que todas las creaciones son transitorias.”
Es esta impermanencia la que causa que cada ser sufra en una etapa u otra. El sufrimiento, por lo tanto, no es accidental, sino que surge de una causa específica, ya sea de esta vida o de una vida anterior. Solo a través del aprendizaje adecuado y la práctica genuina del Dharma se puede liberar del ciclo vicioso del sufrimiento.
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Los Cinco Elementos en la Medicina Tibetana
La teoría médica tibetana establece que todo en el universo está compuesto por los cinco proto-elementos: sa (Tierra), chu (Agua), me (Fuego), rLung (Viento) y Nam-mkha (Espacio).
Aunque los cinco proto-elementos son responsables de la formación de cada célula de tejido, cada elemento tiene una influencia específica: sa (Tierra) ejerce una mayor influencia sobre la formación de células musculares, huesos, la nariz y el sentido del olfato; chu (Agua) es responsable de la formación de sangre, fluidos corporales, la lengua y el sentido del gusto; me (Fuego) es responsable de la temperatura corporal, el cutis, los ojos y el sentido de la vista; rLung (Viento) es responsable de la respiración, la piel y el sentido del tacto; y nam mkha (Espacio) es responsable de las cavidades corporales, los oídos y el sentido del oído.
Un Cuerpo Saludable
gSowa rigpa (el arte y la ciencia de la curación o medicina tradicional tibetana, astronomía y astrología) implica la alineación adecuada de estas divisiones, es decir, los 3 humores, 7 constituyentes corporales y 3 excreciones, en un estado de equilibrio. Si esto se logra, se dice que el cuerpo está en un estado de salud o libre de trastornos psico-fisiológicos; mientras que un desequilibrio en cualquiera de estas energías constituye un estado de desorden o mala salud.
Diagnóstico en la Medicina Tibetana
Las técnicas de diagnóstico incluyen la observación visual, el tacto y la interrogación.
Observación Visual
Esto implica revisar la complexión de la piel del paciente, el color y la textura de su sangre, uñas, esputo, heces y otras condiciones generales. Se presta especial atención a la condición de la lengua y la orina del paciente.
Tacto
La lectura del pulso es el método de tacto más importante empleado en la medicina tibetana. Solo después de asegurar un conjunto importante de precondiciones, el médico procede con un diagnóstico de pulso. Esto implica colocar los tres dedos del medio en las arterias radiales del paciente.
Interrogación
La interrogación constituye el aspecto clínico más importante del diagnóstico. Hay tres elementos principales en una interrogación médica:
- determinar los factores causales
- determinar el sitio de la enfermedad
- estudiar los signos y síntomas: esto implica que el médico pregunte al paciente sobre el tipo de alimentos y bebidas que ha estado consumiendo, y qué tipo de comportamiento físico y mental ha tenido
Medicinas Tibetanas
Las medicinas tibetanas adoptan diversas formas, desde decocciones, polvos, píldoras generales, píldoras preciosas y jarabes, y se prescriben en pequeñas dosis, un hecho que refleja el énfasis que la medicina tibetana pone en un tratamiento suave.
